sábado, 1 de marzo de 2008

Un sábado redondo.

Esta entrada se me había quedado en el tintero y no la podía dejar pasar ni un día mas. Hace dos sábados tuvimos la suerte de celebrar las bodas de oro de mis tíos. La celebración fue redonda porque además de pasar un día estupendo en familia me llevé a casa un COMMODORE 64 nuevecito que todavía conservaban mis primos con caja y todo.

Aquí tenéis una foto del ordenador situado en el "tercer piso", encima del Amiga 500 y del Philips 8280 MSX2. Es lo que hay cuando se tiene poco espacio, un poco de ingeno para tener la mayor cantidad de trastos posible en el mismo mueble.



El Commodore encendió a la primera y he probado varios juegos que cargaron sin problemas. Ha ocupado un lugar especial en mi colección.